La leyenda de la carreta de San Pascualito: el origen
Las carreteras son el origen de un gran número de historias. En Chiapas, la leyenda de la carreta de Pascual. Una vieja historia que ha pasado por más de una generación, pero que a los habitantes del lugar les sigue causando temor.
Sobre todo para las personas que todavía viajan en carretera, porque tienen el miedo de llegar a encontrarse con esta aparición en algún momento. Y saben que eso no es para nada una buena idea.
Pero, ¿en qué consiste esta leyenda, porque se le tiene miedo a esta carreta?
La historia de la carreta de San Pascual.
Según la tradición de los habitantes de la región, esta es una carreta fantasma que parte de la iglesia. Supuestamente, su función sería acompañar a los muertos y llevarlos hacia su destino final.
Dicen que se le puede ver por las carreteras, pero también hay personas que afirman haberla visto en plena ciudad de Tuxla Gutierrez, ya a altas horas de la noche.
Los testigos afirman que es una carreta más bien pequeña, que está siendo jalada por un solo caballo. Pero no es que puedas ver claramente la figura del animal o la del vehículo que lo lleva.
En realidad, sería más bien una figura fantasmagórica, que tendría la forma del caballo y carreta, pero que aún hace el característico ruido de una al estar pasando.
Se habla que estaría dirigiéndose a buscar a una persona que acaba de fallecer. Cuando llega a esta casa, se parará durante unos minutos en la puerta de ese hogar, para posteriormente partir, presuntamente con el alma de la persona.
¿Cuál es el origen?
Según la tradición, la persona que maneja esta carreta es San Pascual Baylón. El cual, ahora hace el trabajo de la muerte y viene a llevarse tanto a los enfermos como a los moribundos.
Se dice que hace mucho tiempo, muchas personas se enfermaron en esta región de Chiapas, causando numerosas muertes.
Un hombre moribundo estuvo rezando por una solución, pidiendo que Dios ayudar a su pueblo. Posteriormente que le realizaran la extremaunción, se afirma que se le apareció un esqueleto vestido completamente de negro.
Le hizo un trato: si su pueblo lo aceptaba como su santo patrón, dentro de los próximos nueve días terminaría por llevarse la enfermedad lejos de ahí.
El hombre intentó llevar a cabo esta petición y comenzó a llevar el recado a todas las personas del pueblo. Estos terminaron por creer en lo que les dijo y comenzaron a realizar ofrendas para el santo.
Al notar esto, cumplió su promesa y la enfermedad se retiró. Y siguió posteriormente con su labor para con el pueblo, yendo personalmente a buscar las almas de las personas que estaban a punto de fallecer.