La leyenda del callejón del beso: la historia de Carmen y Carlos en Guanajuato

Si vas a Guanajuato, forzosamente tienes que pasar por el callejón del beso. Es uno de los sitios obligatorios, cuya fama ha trascendido más allá de la ciudad. Los enamorados lo tienen como meta, para poder hacer su amor más profundo.

Pero comencemos con el prólogo de la historia y conocer cuál es el conflicto que dio inicio a esta costumbre.

Es un callejón muy particular por lo angosto que es, en donde en los balcones se encuentran separados por incluso menos de un metro de distancia. Esto provoca que quienes viven enfrente, pueden fácilmente platicar.

Esto dio las condiciones para una de las leyendas de amor más bonitas que podamos recordar. Una que inspira a personas hasta el día de hoy, con la posibilidad de poder vivir algo tan bello como eso algún día.

La leyenda de Carmen y Don Carlos.

la leyenda del callejon del beso

Carmen era una hermosa mujer, hija de un hombre muy rico de la ciudad. Pero al mismo tiempo, era un padre demasiado controlador y celoso. No quería que su hija conociera hombre y se fuera de su lado.

Sin embargo, llegó el día que sucedió lo que su padre más temía: ella se enamoró. El afortunado fue un hombre llamado Carlos, que trabajaba como humilde minero. El amor creció rápidamente entre la feliz pareja.

Cuando esto llegó a oídos de su padre, lo único que causó fue furia por su parte. Lleno de celos, decidió encerrarla en su habitación, para evitar que siga viendo a ese pretendiente. Que si seguía por ese camino, la encerraría en un convento.

Enfurecido, decidió que si no iba a poder retenerla para él, al menos haría que le diera fortuna. Sin consultar a su hija, la prometió a un rico hombre en Europa.

De esta forma, lograría aumentar su fortuna personal. Y al mismo tiempo, la alejaría de ese hombre pobre, que para él, no merecía estar con su hija. Pero él no contaba con la astucia de su hija.

Los enamorados, juntos una vez más.

Carmen poseía una dama de compañía, como casi todas las mujeres de esa época con cierta posición social. Le mandó una carta a su amado contándole su penosa situación.

Don Carlos recibió la noticia con impacto y terror, ante la posibilidad de perder de esa manera a la mujer que ama. Y se puso a pensar de qué forma podría lograr acercarse a ella y solucionar el problema.

Rondando por la casa de ella, se fijó en lo estrecho del callejón. Y como su ventana de ella tenía un balcón muy cerca, por lo que procedió a preguntar quién era el dueño de la casa que la que dicho balcón era parte.

Una vez que supo, llegó a un trato y compró dicho lugar.

Desde ese día, volvieron a estar juntos. Pasaban noches enteras platicando desde el balcón, felices de haber encontrado una manera de seguir en comunicación.

El problema surgió un día que su padre pasó por el pasillo y escuchó los murmullos. Al entrar, encontró a la pareja reunida. Esto causó un enfurecimiento de su padre que, ciego de ira, terminó por matar a su propia hija con una daga.

Don Carlos, del otro lado, no pudo más que observar los tristes sucesos. En shock por la situación, lo único que alcanzó a hacer fue besar la mano de su amada.

Dicen las malas lenguas que el novio acabó con su vida arrojándose por el tiro de la mina La Valenciana.

Nace la leyenda del callejón.

Hoy en día, es un sitio muy visitado. La tradición marca que si visitas este lugar, deberás besar a tu pareja justo en el tercer escalón, garantizando su amor por al menos 7 años.

En caso contrario, quien pase por enfrente y lo ignore, terminará teniendo una maldición por el mismo período de tiempo.

Es evidente que no te pasará nada si ignoras el lugar. Pero sería un desperdicio haber visitado Guanajuato y no haber pasado a darte un beso con tu amado o amada en tan hermoso sitio, ¿no lo crees?