El fantasma de la monja, la leyenda corta mexicana
Si bien las monjas son mujeres de Dios, la realidad es que en más de una ocasión se les ha terminado por relacionar con hechos sobrenaturales o de miedo.
El fantasma de la monja es un relato clásico, el cual sucedió durante el ya lejano siglo XVI. Y que hasta la fecha, al ser contado sigue causando miedo entre las personas al pensarse en una situación así.
El origen de el fantasma de la monja
Todo esto del fantasma de la monja nos remonta a esos años, a las calles de Guatemala y Argentina en el Centro histórico de la ciudad de México.
Los protagonistas de la historia son los hermanos Ávila: Alfonso, Gil y María, que tenían la fortuna de poder contar con una buena posición económica. Esto por supuesto, les daba acceso a una vida llena de lujos.
Un mestizo de apellido Arrutia pretendía casarse con María, pero no tenía intenciones honestas. Lo único que buscaba era poder acceder a la fortuna de la mujer.
Esta información llegó a oídos de sus hermanos, por lo que buscaron evitar que este matrimonio se lleve a cabo. Lo primero que hicieron fue buscar al novio, para pedirle que no lo haga.
Ese se estaba negando, pero una vez que le ofrecieron el suficiente dinero, decidió marcharse. A fin de cuentas, eso es lo que quería.
María al ver esto, se dio cuenta de las negras intenciones de su expareja. Pero saber esto le causó mucho dolor y le hizo caer en una depresión profunda. Tanto, que habían pasado dos años y seguía hundida.
Sus hermanos, no sabiendo que hacer, pensaron que sería buena idea recluirla. Para ello, la llevaron al Antiguo convento de la Concepción. Pensaron que ese ambiente y el acercamiento a Dios le harían bien. El preámbulo del fantasma de la monja estaba servido.
Nace un fantasma vengativo.
A pesar del tiempo que pasó ahí, rezando todos los días y buscando evitar el dolor, simplemente no pudo. Y un día, se rindió.
En el patio del convento existe un árbol de durazno, en donde tomó una cuerda y decidió ahorcarse. En ese mismo lugar terminaron por enterrarla las monjas y parecía que había terminado la historia.
Pero aproximadamente un mes después, empezaron a notarse cosas raras en el ambiente: algunas monjas juraban haber visto en el patio, por la zona donde está el árbol, a una monja andando de madrugada.
Incluso, algunas juraban que al estar andando por la fuente de agua que se encontraba cerca de ahí, podía verse el rostro de María. El terror que esto les provoca era indescriptible.
Los años pasaron y las aparecieron continuaron. Incluso las mismas religiosas estuvieron ofreciendo toda clase de rezos y misas para intentar alejar al espíritu.
Pero pasaron los años y las apariciones continuaban. Sus hermanos murieron tiempo después de forma violenta, ya que se vieron envueltos en una revuelta, donde fueron juzgados y sentenciados a muerte.
¿Y el novio? Las malas lenguas dicen que fue eliminado por la aparición, que lo buscó hasta acabar con él. Pero son habladurías de la época, no queda ningún registro de ello.
Hasta la fecha, hay quienes aseguran que el fantasma de la monja todavía ronda por los pasillos. Estos lugares son bastante antiguos, por lo que es seguro que pueden encontrarse mil historias que sucedieron en este lugar.
No no todas van a terminar por causar la aparición de seres del más allá. Pero lo que sucedió a María fue a tal grado de dolor, que lo causado todavía sigue retumbando en ese lugar, dando pie a esta leyenda de el fantasma de la monja.