La leyenda de la Mulata de Córdoba, la historia
En la ciudad de Córdoba, en Veracruz, hasta la fecha existe una frase que dice “¡Ni que fuera la Mulata!”
Cuando dices eso, se refiere a que no haces milagros, que no puedes hacer lo imposible. Hasta el día de hoy, esta frase es popular entre los pobladores de la región.
Pero, ¿cuál es el origen de esto? Todo se basa en una popular leyenda, que data de la era de la inquisición. Todo gracias a una misteriosa mujer, que marcó para siempre a los pobladores de la región.
El origen de la leyenda de la Mulata.
La historia comienza hace más de dos siglos, en la ciudad de Córdoba en Veracruz. Entre todos sus pobladores había una que mujer de una belleza sin par, la cual era conocida como la Mulata.
Nadie sabía quiénes eran sus padres, tampoco se sabía su historia. Pero algo que llamaba la atención a la gente es que pasaban los años y ella seguía siendo igual. Joven y hermosa, a pesar del paso del tiempo.
Esto llamó la atención de mucha gente, por lo que algunas personas empezaron a llamarla bruja o hechicera. Incluso algunas personas se atrevían a decir que ella había hecho un pacto con el diablo.
En su casa, se llegaban a ver luces bastante extrañas, lo que la gente terminó por atribuir a que se encontraba realizando toda clase de pactos que harían enojar a Dios.
Pero también tenía a muchas personas que la querían: también se le atribuía que podía curar diversas enfermedades. Pobladores de la región acudían con ella para poder curarse y dicen que podía obrar auténticos milagros.
Y no solo eso, se dice que podía realizar grandes trabajos como por ejemplo, que las jóvenes casaderas, que habían sido abandonadas, recuperaran su pareja; o personas que habían perdido su empleo, puedan una vez más tener una fuente de ingresos.
La Inquisición aparece.
En medio de todo esto, llegó a oídos de la gente de la inquisición este suceso. Por supuesto, no podían dejar que una bruja siguiera haciendo de las suyas, por lo que procedieron a apresarla, para sentenciarla.
Como llegaba a pasar con otras brujas de la época, su sentencia fue rápida y letal: seria condenada a muerte.
Pero cuando iba a ser sentenciada, ocurrió un suceso bastante extraño: comenzó a llover de manera cuantiosa. Pero durante días, la lluvia no paraba ni paraba, algo que empezó a llamar la atención de las personas.
Incluso con el mal clima, se pensó en seguir adelante con el castigo a la bruja. Y pasó algo inesperado: gente dice que empezó a ver a la mulata emprendiendo el rumbo al mar, en un barco pequeño.
Dicho barco era bastante extraño, ya que parecía un barco mucho más grande, que habían vuelto tan miniatura como para poder llevar a una sola persona.
Se perdió a la distancia y nadie volvió a saber de ella.
Las autoridades acudieron a la cárcel donde la tenían, con la esperanza que todo había sido una confusión y ella seguía atrapada. Pero nada, ella había huido.
Les llamó la atención encontrar en una de las paredes, dibujado, un barco que era muy similar al que vieron en la aparición de la mujer.
Se dice que ella invocó al mal para que pudieran ayudarla a escapar. Y hasta el día de hoy, el paso de esta mujer por la bella ciudad de Córdoba sigue siendo tema de conversación.
Por último, cuando fueron a buscarla los guardias, dicen que olía a azufre la celda. Hasta la actualidad, se dice que dicho olor todavía puede llegar a aparecer.