La leyenda del canacol, el guardián de las cosechas

Desde la época prehispánica, las cosechas eran base en gran parte de la economía de los pueblos. Por lo tanto, es fácil entender porque era tan importante proteger sus sembradíos, lograr que crezcan lo suficiente para comercializarlo.

Es ahí donde surge la figura del Canacol, el cual causaba temor entre todas esas personas que buscaban dañar un cultivo ajeno. Pero, ¿Quién es y cual es su origen? Ahora conocerás más de esta emblemática figura de Campeche.

¿Quién era el canacol y que hacía?

la leyenda del canacol

Muchas personas de la época no sabían a ciencia cierta como era un canacol. Solo sabían que encontrarlo eran malas noticias, por lo que intentaban no entrar en su territorio: los cultivos de otras personas.

El canacol era una especie de guardián, que era colocado en las milpas y lugares de siembra. Su papel era ahuyentar y alejar a todas las personas que tuvieran la intención de entrar a robar algo de lo sembrado.

El canacol no era una persona o un duende: era un muñeco. Por lo tanto este era creado por los agricultores, que pretendían sembrar uno en la región. En ese tiempo se consideraba parte fundamental de los preparativos.

El muñeco era bastante particular: para su creación se usaba cera de abeja para crear la figura humanoide. Se le ponían unos frijoles en el rostro, para que sean los ojos, además de maiz para que parezcan sus dientes.

Se le ponían hojas de mazorca a manera de ropa y estaba listo. Una vez realizado venía lo más importante: el agricultor hacía un pacto de sangre. En donde estaría alimentándolo a cambio del servicio proporcionado.

Le daba una piedra y lo enterraba en algún lugar de la tierra. De esta manera, estaban ligados por la sangre y protegería el lugar como suyo. Tanto así, que el dueño de entrar a su propio territorio tiene que avisar.

Cuando vaya a trabajar en la mañana, debe chiflar 3 veces. De esta forma el canacol sabrá que su dueño va a pasar. En ese momento, el granjero irá al muñeco y retirará la piedra de manera temporal.

El canacol tiene que ser retirado del campo y destruido cuando no hay siembra. Y se decía que había muchos campos con canacoles activos, cuyos dueños murieron o simplemente los dejaron activos y se fueron.

Esta leyenda tiene muchas similitudes con el alux yucateco, el cual también era creado de esta forma. En pocas palabras, son lo mismo: guardianes que evitaban que ladrones y otros destruyan el fruto de su trabajo.

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