La taconera, los pasos del más allá que se oyen en la noche
Los tacones son del tipo de calzado que más ruido puede llegar a hacer. Y si tiene el piso adecuado, mucho más. Cuando llega alguien usando tacones, no es difícil que por un momento se vuelvan el centro de atención.
Pero en una fiesta o una reunión es algo completamente normal. ¿Qué pasaría si estuviera en una situación más terrorífica? Ahora escucharás la historia de la taconera, que por generaciones ha causado miedo entre las personas.
¿Cuál es el origen de la taconera?
Todo comienza con una antigua tradición que todavía al día de hoy prevalece en algunos lugares de México. En donde en algunas familias la hija más pequeña no debe abandonar el hogar, para cuidar a sus padres durante la vejez.
Se dice que la taconera es una mujer que tuvo que cumplir con esta enmienda, en donde se quedó a cargó de su madre de 90 años. La cual se encontraba delicada y necesitaba muchos cuidados de forma continua.
Esta mujer públicamente no tenía un enamorado, pero se dice que si sostenía un romance con un hombre desconoció. Al parecer quería mantenerlo en secreto, pero algo así es difícil mantenerlo alejado de la opinión pública.
Se dice que vivía en las calles del Centro histórico, que hace décadas durante la noche se volvía un lugar solitario. Los vecinos por la noche sabían que ella pasó, porque se ponía sus tacones para visitar a su enamorado.
Toda esta situación llegó a los oídos de la anciana. Era una época mucho más tradicional y conservadora, por lo que era visto como una actitud inmoral. Cosa que le causó mucha tristeza y pesadumbre.
Muere la anciana…
Un día, la taconera regresó a su hogar luego de su salida. Se encontró a la anciana muerta, algo que causó la mujer fuera juzgada. Ya que dijeron por estar de pecadora, la madre murió sola y sin la absolución de un sacerdote.
A partir de aquí hay muchas cosas que no quedan claras. Se dice que por ejemplo la anciana veía a su hija como una gran bendición, como alguien muy puro. Pero que la realidad no era esa.
Que por andar con sus amoríos, la taconera solía dejarla sola, sin comer y atendida. Y que por esa razón, todos los vecinos tenían una mala imagen de ella, por no cumplir con sus obligaciones.
Se dice que al final, la taconera murió de culpa. Pero ahí no acabó su historia, porque poco tiempo después los vecinos dicen que volvieron a escuchar sus pasos.
Y hasta el día de hoy, algunos aseguran asomarse en la noche al oír los taconazos. Y lo único que alcanzan a ver es una mujer andando sola, que desaparecer en la oscuridad.