La leyenda de la monja de la catedral de Durango
Aunque debido a su origen son lugares para rezo y búsqueda de paz para el alma, tradicionalmente las iglesias han sido sitio donde siempre se han presentado sucesos sobrenaturales macabros.
Esta historia en particular nos traslada a la catedral de Durango, un sitio que según reportes guarda un habitante muy particular. Y que ha causado terror entre todas las personas que han acudido buscando algo de paz.
La monja fantasma de la catedral de Durango.
Esta historia la han compartido por años muchas personas que han pasado cerca de esta edificación. Esta catedral cuenta con un enorme campanario, muy alto, lo que permite sea visto desde muy lejos.
No son pocas las personas que afirman que durante la noche han llegado a ver la silueta de una mujer de blanco ahí arriba. Algo que resulta espeluznante, porque en primer lugar se supone no hay nadie ahí de noche.
Y en el subconsciente colectivo, una figura así ya la relacionamos con algo de terror. Por lo que no son pocos quienes tienen miedo incluso de mirar hacia esa zona apenas caiga el sol. No quieren ver esa escena tan espeluznante.
¿Se conoce el origen de esta monja?
Se dice que la mujer que aparece ahí tiene de nombre Beatriz. La leyenda indica que era una mujer hermosa, de cabellos rubios y ojos azules. Y que decidió que su vida pertenecía a Dios, por lo que quiso ser una monja.
Pero un día, desde su dormitorio, vio a un joven soldado de nombre Fernando. Y contrario a lo que pensó sería su ruta de vida, terminó por caer enamorada de aquel joven. Desde ese momento, su vida había comenzado a cambiar.
El joven la vio y sintió lo mismo, por lo que comenzaron un ritual: todos los días pasaría frente al mismo dormitorio. Para que puedan verse, un romance en silencio y muy discreto, fuera de la vista de toda la sociedad.
Un día, a Fernando le ocurrió una desgracia: lo atacaron y lo único que se le ocurrió fue correr a donde estaba su amada. Esta abrió la puerta y lo encontró en un mar de sangre, por lo que dejó que pase a curar sus heridas. Ahí se quedaría unos días.
Ese fue el momento en que su amor se terminó por consumar, aunque pasados los días y con las heridas sanadas, salió nuevamente. Y debido al fin de la intervención francesa él debía marcharse, pero prometió que regresaría.
Esto jamás pasó y Beatriz no se enteró: el grupo de Fernando fue atrapado y fusilado. Y al no tener noticias, se dice que ella subía todas las noches a lo alto del campanario para poder verlo venir desde lejos.
Esto por evidentes razones jamás pasó y se dice que por la desesperación terminó por arrojarse al vacío.
De ahí nació la leyenda, donde se dice que todas las noches su alma sigue esperando por la aparición de Fernando. Un alma atormentada que espera que un día su amor regrese para cumplir la promesa que le hicieron.