La leyenda del perro y el cocodrilo: explicación
En el estado de Chiapas, la leyenda del perro y el cocodrilo es bastante contada hasta la fecha. Sobre todo por los abuelos, que quieren dar una lección a su nieto sobre cómo cuidar de manera correcta a su mascota.
Lo que sucede es que esta zona es famosa por los cocodrilos que puedes encontrar en las lagunas y ríos de la región. Estos son un peligro para los perros, que pueden terminar por ser atacados por los ya citados reptiles.
Explicación del origen del perro y el cocodrilo.
Se cuenta que en esa época, los perros no tenían lengua. Y si parecían extrañar mucho que les falte es miembro del cuerpo, por lo que sufrían por tal motivo.
Un día, un perro se acercó a un lago azul de la zona y se le ocurrió un plan: le habló a uno de los cocodrilos que había visto por ahí nadando. El reptil se acercó a ver, lleno de curiosidad de porque le hablaban.
Entonces, el perro le habló acerca de un trato: que el cocodrilo tenía que prestarle su lengua, al menos un rato. El canino a cambio le daría alimentos que el caza, el perro le comentó que era muy bueno para cazar animales.
El cocodrilo no se encontraba confiado del peludo ser. Y de hecho, le dijo que no le prestaría su lengua.
El perro no se rindió, por lo que para convencer al cocodrilo, salió a cazar diversos alimentos. De esta forma, reunión mucha comida, que llevó al lago para poder regalárselo a su posible aliado. Este último, lo comió con voracidad.
Al día siguiente, el perro volvió a insistirle que le preste la lengua, alegando que de hacerlo habría más comida para él. El cocodrilo, luego de haber comido tanto y viendo el gesto del perro, decidió darle la lengua en préstamo.
La trama se complica.
El cocodrilo terminó por darle su lengua al perro. Y durante los siguientes días, el trato parecía haber sido afortunado: el canino le llevaba su parte al enorme reptil. Este, podía seguir disfrutando de grandes alimentos sin ningún esfuerzo.
Pero un día como cualquier otro, el perro ya no volvió. Al parecer, había decidido que era suficiente del trato y que era hora de quedarse con la lengua. Esto por supuesto, no agradó para nada al cocodrilo.
Este último estuvo esperando durante días y días, todavía con la confianza que algo lo haya retrasado y en cualquier momento aparecería con la caza. O al menos, para devolverle su lengua.
Para mala fortuna del cocodrilo, esto jamás pasó. Y jamás lo olvidó, guardando ese rencor en el fondo de su corazón.
Por eso se habla en Chiapas que no debes llevar a tu perro cerca de ríos y lagunas. El motivo es que los cocodrilos todavía recuerdan la jugarreta que les causó el perro. Y si ven a uno en la orilla, lo comerán sin dudarlo.