La leyenda maya del Sac Muyal, una historia de amor

La leyenda del Sac Muyal es una historia que ha pasado por generaciones desde los tiempos de los mayas. Es una historia de amor que ha trascendido el tiempo, que hasta el día de hoy sigue hablándose de sus bondades.

En donde el amor verdadero terminó por ser interrumpido y manchado por la maldad, que movido por la envidia no soportó que haya dos personas que se quieran de esa manera. Y tuvo que intervenir en la relación.

¿Cuál es la leyenda del Sac Muyal?

sac muyal

Todo comienza con la historia de una pareja, donde uno era la alegría, que en maya es conocido como Ki’ikmakkun. Mientras que ella era conocida como abanico, que en maya tendría por nombre Pikit.

Ambos poseían un amor puro e intenso, algo que parece haber molestado a más de una persona. En este caso, era el malvado espíritu del Sac Muyal, que observaba con mucha envidia hasta que decidió intervenir.

Para poder acabar con ese amor, decidió secuestrar a Pikit. No tardó mucho en darse cuenta Ki’ikmakkun que su amada no aparecía por ningún lado. Por lo que decidió emprender el camino para poder buscarla.

Su búsqueda fue inútil, lo cual le llevó a desesperación y tristeza; pero en ese momento, una serpiente aparecío. El reptil afirmaba conocer donde se encontraba la princesa, pero para poder ayudarlo debía ofrecerle algo de su sangre.

En su desesperación, el joven accedió y alimentó a la serpiente, quien le dio un nuevo rumbo. Pero los problemas para Ki’ikmakkun no acabarían ahí, ya que en el camino había un acantilado que tenía que subir.

En ese momento apareció alguien más para ayudarlo, en este caso, una anciana. Que le dio un poco de su cabello, con el cual pudieron terminar por escalar el camino tan sinuoso por delante.

La serpiente y Ki’ikmakkun siguieron andando, pero ahora se encontraron con un río que no podían cruzar. Para poder remedirlo, un venado apareció frente a ellos.

Les dio de solución que una buena manera era arrojar una roca al río. Lo hizo y de manera misteriosa, ya se encontraba del otro lado. Sin pensar mucho en como funcionaba todo, siguió andando. Al plan del Sac Muyal seguía su curso.

Sigue la aventura de Ki’ikmakkun.

Siguió andando y ahora quien se encontró fue un águila. El ave le habló de los peligros que habría más adelante, por lo que le ofreció una de sus garras para poder defenderse. El joven, agradecido, tomó la improvisada arma y siguió su camino.

Andando y para su mala suerte, una gota de savia cayó en sus ojos, dejándolo ciego al instante. Para poder ayudarlo, un pequeño escarabajo pasó y le ofreció de ayuda un poco de tierra, diciendole que eso aliviaría su ceguera.

Para su buena fortuna, así ocurrió, por lo que pudo seguir adelante con su travesía, a pesar de los intentos del Sac Muyal.

Al llegar, se encontró una cueva donde se encontraban todos quienes le habían ayudado: la serpiente, el escarabajo, el venado, el águila e incluso la anciana.

Le dijeron que ellos representaban como había seguido su corazón y que por haber obedecido, ahora podría salvar a su amada Pikit.

Al entrar a la cueva, de forma misteriosa fueron transportados de regreso al hogar. En donde ya se encontraba a salvo junto con su amada. Por supuesto, no hay una forma de explicar lo sucedido durante aquel día.

Esta leyenda ha sido pasada de generación en generación, dejando por detrás una lección que hasta la fecha se sigue repitiendo y analizando por todos los que la leen. ¿Qué te pareció la historia del Sac Muyal?

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