La leyenda del quinto sol, la historia completa de la creación de la humanidad

La leyenda del quinto sol se remonta a tiempos tan remotos como la época de los Aztecas. Cuando la gran Tenochtitlán, capital del imperio Azteca, se alzaba orgullosa. Dominando con puño de hierro toda la región.

Esta tierra no siempre perteneció a los seres humanos, sino a los dioses. Al menos, eso cuenta la leyenda. De como no fueron ellos quienes decidieron que habitarían estas tierras, sino que los mismos dioses la habían elegido.

De hecho esta leyenda no comienza en nuestro mundo. Nos habla de tiempos tan lejanos que todavía no había sido creado. Pero los dioses ya existían, por supuesto, viviendo alrededor del sol.

la leyenda del quinto sol

Un día, decidieron crear nuestro actual planeta. Y le dieron también habitantes, los primeros humanos, que en ese tiempo eran seres gigantescos. De igual forma, le proveyeron de su propio sol de nombre Ocelotetonatiuh.

Pero todo fue un fracaso: estos hombres gigantes no podían caminar correctamente. Se caían de manera constante y se lastimaban. Luego de 700 años de existencia, los dioses decidieron borrar todo y volver a comenzar.

Hicieron agujeros gigantes por toda la tierra, por donde cayeron. Quienes sobrevivieron, terminaron por convertirse en plantas y flores.

Los dioses comienzan de nuevo.

No se rindieron ante este primer fracaso en la historia del quinto sol. Pero de ahí comenzarían una serie de intentos que acabarían todos sin complacerlos. Era un crear y destruir, buscando la perfección que ellos consideraban.

Se creó una vez más la tierra. En esta ocasión, también crearon al dios del viento Ehecatonatiuh. Pero la creación no fue lo que ellos quisieron. De hecho no fue inmediato, esperaron al menos otros 700 años. Pero una vez más, decidieron destruir todo.

Comenzaron poderosos vientos que terminaron por destruir todo a su paso. Algunos sobrevivientes quedaron una vez más, estos terminaron por evolucionar y convertirse en los monos y simios que poblan la tierra.

Un segundo intento. Los dioses no estaban dispuestos a rendirse en su intento de lograr crear a la humanidad. Por lo que pusieron un nuevo sol a cargo, Atonatiuh, quien estaría encargado del agua. Pero todo volvió a fracasar nuevamente.

Volvieron a limpiar el mundo de todas las personas. Soltaron el agua, causando que se inunden todas las tierras. Los que sobrevivieron entre todo ello, terminaron por convertirse en los peces que pueblan toda la tierra.

El siguiente sol fue Quiauhtonatiuh, dios del fuego. Y las cosas no fueron mejor que las otras veces, las deidades no estuvieron satisfechas con el resultado. Terminaron por ordenar la destrucción de todo una vez más.

Los volcanes surgieron, el fuego llovió como el agua sobre el planeta tierra. La humanidad se terminó por extinguir una vez más. Todo fue reducido a cenizas. Tal vez la destrucción más terrible de todas.

Llega la era del quinto sol.

Sigamos con este resumen del mito del quinto sol: Pasado el tiempo, los dioses quisieron comenzar una vez más. Pero el fuego lo purifica todo, lo destruye todo. Tanto así, que no pudieron recrear nuevamente a la humanidad. No se podía hacer vida de esos huesos destruidos.

Quetzalcóatl estaba pensando en como solucionar el problema. En ese momento, se acordó de Mictlantecuhtli, el señor del lugar de los muertos. Según sus fuentes, él poseía el último hueso de los humanos.

La serpiente emplumada bajó al inframundo para pedir tan valiosa pieza. Pero el señor de los muertos se negó. Esto llevó a una nueva pelea entre dioses, una de las más terribles que puedas imaginar.

En medio de todo, el hueso se rompió.

Tras este hecho y hablarlo, ambos dioses pactaron en llevarse cada uno la mitad. Y con ello, terminaron por hacer que la humanidad se recupere.

imagen de quetzalcoatl
Quetzalcóatl fue parte importante de la creación del mundo.

Parece ser que la naturaleza del hueso roto terminó por permanecer en la humanidad. Ya que los conflictos entre las personas no cesaron, pero en esta ocasión, los dioses no acudieron a destruir todo.

Eso es porque la humanidad terminaría por destruirse a sí misma. Estaba en su naturaleza.

Los dioses necesitaban un quinto sol para la ocasión. El elegido fue Tecuciztecatl, quien en el último momento se acobardó y no saltó a la hoguera que se había preparado para su transformación.

Fue Nanahuatzin quien terminó por arrojarse y quemarse. Se elevó su temperatura y subió al cielo, siendo el sol que nos ilumina hasta el día de hoy.

Tecuciztecatl, sintiendo celos de la magníficiencia del primero, se arrojó buscando tener los mismos resultados. Pero se terminó convirtiendo en la luna, con un conejo dibujado, el cual le arrojó Quetzalcóatl por su osadía.

Hasta el día de hoy, el ser humano se sigue destruyendo a sí mismo. La historia se sigue escribiendo, tal vez algún día la era del quinto sol también termine. Ahora que sabes la leyenda del quinto sol completa, ¿Qué te pareció?